sábado, 9 de abril de 2011

somethings:)

No podía más, eran las 18:30 y llevaba 2 horas sintiendo una presencia. Supongo que eran ima-
ginaciones mías, pero no podía con ellas. Era como si alguien estuviera detrás mío, inten-tándome pisar los pies. Por fin llegué al metro, de vuelta a casa. Un extraño señor se sentó en frente mío. No dejaba de mirarme y apuntar cosas en un cuaderno. No aguantaba más, así que me bajé a la próxima estación que paró. Me detuve frente del cartel informativo de los metros y sus paradas. Volví a sentir la extraña presencia. Grité todo lo fuerte que pude y me giré de golpe. Allí estaba el hombre, aquel que tanto me observaba. Le pregunté que qué caraí quería. No sé ni cómo pasó, pero desapareció, como una maldita ilusión.
Subí al siguiente metro que paraba en esa estación.
Una vez en casa me puse el pijama y fui a la cocina, donde estaban mis padres, a desearles buenas noches. No estaban. Joder (perdón), ¿qué estaba pasando? No sabía qué hacer, así que me fui a la cama y me puse a llorar, hasta dormirme con la cara mojada de las lágrimas que resbalaban por mis mejillas.
Las 9 de la mañana, domingo. Llamé a mi madre en cuanto abrí los ojos. Le pregunté que porque no estaban ayer en casa. Y me dijo que si que estaban. ¿Todo había sido un sueño? Supongo, me respondí a mí misma, y me puse a llorar, no sé por qué. Mi madre me acarició.
Fui a la cocina y como cada domingo, allí me esperaba mi café con leche. 



(myself by Pau jajaja)